Hace ya un tiempo descubrí la importancia que tiene para mí encontrar un espacio para el desarrollo de la espiritualidad y el crecimiento personal. Y por eso me gustaría poder hacer llegar a otros aquello que ha ejercido tan benéfica influencia en mí.
Para mí el Tarot no pretende ser una herramienta de adivinación fatalista sobre sucesos en la vida, sino algo mucho más grande y dinámico. Considero el Tarot como una vía de comunicación con alguien que nos ayuda en el plano espiritual, así como una forma de despertar nuestra intuición ante los arquetipos que se muestran en las cartas.
Sí, hablo de comunicación, y el Tarot es una manera que utilizo a modo de diccionario para establecer un diálogo que pueda ayudarme y ayudar a otros. No es la única vía, pero la considero como una muy válida que ayuda a meditar, y que puede colaborar en el engrandecimiento y el aprendizaje de quien a él se acerca.
El Tarot, así como la vida, me parece algo dinámico del que puede extraerse conocimiento y ayuda. El fatalismo sólo puede conducir a la obsesión, pero la meditación basada en las imágenes que aparecen en el Tarot pueden ser una magnifica herramienta para la introspección.
Un motivo para no aceptar el planteamiento fatalista sobre las cartas del Tarot (o cualquer oráculo) es la negación a ser un simple títere de la existencia sin nada personal que aportar. Las Cartas pueden ayudar a desentrañar posibles aspectos que no se han tenido en cuenta con anterioridad, pero la libertad del ser humano es incuestionable.
Por otra parte, he observado que, a través de las Cartas, se puede obtener una visión del momento actual y del inmediatamente siguiente. Es decir, tal como están las cosas, lo lógico es que caminen en una determinada dirección y no en otra; pero es entonces cuando se pregunta por los consejos; y, a partir de ahí y de su valoración, uno puede actuar y variar ese siguiente paso.
De cualquier forma, no podemos olvidar que, después del “paso inmediato” va a surgir uno nuevo. No pensemos, pues, en el estancamiento; se trata de ir sorteando los avatares de la vida de la forma más consciente que se pueda, pero no basándonos en un determinismo absoluto.
A veces, incluso, uno puede pensar que las Cartas le han engañado; pero es más que probable que aquello que prometían como solución, fuera una solución encaminada a un aprendizaje superior, no como solución necesariamente estancada. Por ejemplo, las Cartas nos pueden hablar de un éxito laboral; eso nos hace movernos en una determinada dirección, pero, pasado un tiempo, lo que se prometía tan feliz, se convierte en una posible insatisfacción. Bien, si tenemos en cuenta que nuestra vida es un camino de experiencia y aprendizaje, no estaría de más valorar esos pasos que generaron un bienestar y luego un malestar, y profundizar hacia dónde nos llevaría ese posible malestar, porque quizá ahí se encuentre la verdadera solución.
Las Cartas acompañan en el camino pero no lo sustituyen ni lo garantizan. La vida podría ser comparada a una película interactiva, en donde el guión no sigue una línea determinada sino unas pautas que nos conducen a nuevos campos, y éstos a otros nuevos. Ayudarse a veces del manual no está mal; sobre todo si es un manual abierto; pero la propia decisión cuenta y mucho. Y yo creo que el Cielo apoya esa propia decisión cuando se realiza con buena voluntad y consciencia; y, como diría Paulo Coelho, “conspira” para generar el éxito.
4 comentarios:
Estoy de acuerdo contigo. Nuestro desarrollo personal se fundamenta en gran parte por la capacidad para relacionarnos con las personas a nuestro alrededor de manera productiva. Esa relación se da a través de los proceso de la comunicación, y el tarot nos facilita esa capacidad para comunicarnos con las personas, con nosotros mismos o con nuestros guías.
DHEERYAN,
Gracias por tu aportanción y por tu visita. Tu blog es muy hermoso.
Un abrazo
Por supuesto, las cartas pueden orientarnos en caso de duda o indecisión
Una valiosa ayuda. Besos
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